Nuestro trabajo con policías en el ámbito local y con la información que se genera a través de las llamadas de emergencia nos permitió concluir que la cifra negra no es tan negra ni está tan escondida. Es asible si trabajaramos mejor la información de las llamadas de emergencia y las denuncias que se reciben a través del 911, el 089 y otros números locales, así como los reportes policiales. Ésta es una riqueza todavía no explorada que podría detonar cosas muy positivas. Las menciono: 1) Nos permitiría tener una mejor medición de la incidencia delictiva pues, como ya he argumentado, hacerlo a través de carpetas de investigación no sólo no es idóneo, es una anomalía. 2) Bien procesada y analizada, esta información podría servir para el trabajo operativo de la policía. A pesar de que podría generar un gran valor, no se traduce en inteligencia ni en insumos para la toma de decisiones. Lograr que esta información sea útil para el trabajo policial, para la prevención del delito y de conductas violentas, podría tener un efecto transformador casi inmediato. 3) Permitiría identificar a víctimas que no se acercan a la justicia penal por desconfianza, pero que no por ello deben quedar desprotegidas.
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