A pesar de la pandemia, colectivos de familiares de personas desaparecidas reiniciaron la búsqueda de sus hijos, esposos y padres, y tras reunirse recorrieron zonas como la canalización del río y llegaron hasta la zona rural de la ciudad, donde con frecuencia son arrojados cadáveres que luego son “almacenados” en calidad de desconocidos.
Uno de los grupos, que toma por nombre “Erick Carrillo” en memoria de un joven desaparecido, llamó a sus integrantes para emprender la búsqueda de sus familiares, suspendida a causa de la contingencia sanitaria.