La dominancia del Covid-19, como tema informativo, hizo que un asunto de la mayor importancia para México no haya sido discutido como se debería: la militarización de la seguridad pública en México.
La decisión del presidente López Obrador, para colocar de manera mucho más contundente y definitiva a los militares en la calle, se suma a las otras muchas tareas que le ha encomendado a la Marina y las Fuerzas Armadas: construcción de obras públicas, aduanas, reforzamiento ante la emergencia sanitaria.
Varias organizaciones de derechos humanos, nacionales e internacionales, empezando por la ONU-DH, piden al gobierno mexicano que reconsidere este decreto. Tienen razón. La medida tomada por el presidente López Obrador tiene implicaciones enormes y parece que no nos estamos dando cuenta del tamaño e implicaciones de la decisión.
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