Saúl Gabriel Molina, gobernador tradicional de la Nación Comcáac, se escucha preocupado al teléfono. Busca llamar la atención de los tres niveles de gobierno para obtener ayuda: les envió una carta el 25 de marzo en la que solicitó apoyo en salud, provisiones y condonación de pago de los recibos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), así como apoyo económico para solventar la suspensión de labores de pesca y artesanía en Punta Chueca y en El Desemboque de los Seris, la otra comunidad con unos 400 habitantes, ubicada en el municipio de Pitiquito, y que tiene mayores dificultades, pues no cuenta siquiera con una conexión carretera que facilite traslados hacia otras comunidades para obtener servicios de salud o alimentos. Sus caminos consisten en una carretera precaria con tramos de terracería.
Para el 31 de marzo, no había respuesta. “No hubo, nadie ha respondido, silencio total”, dijo el gobernador. Incluso, agregó, se evalúa la posibilidad de que, de empeorar la crisis, la mayoría de los mil 100 cmiiques se desplacen hacia la Isla Tiburón, la más grande de México, territorio que les pertenece.
“Vamos a comer comida ancestral”, explicó el gobernador, “carne seca, árboles que sabemos que se comen, té de raíz… ya sabemos mucho de eso: no vamos a morir de hambre y nos quedaremos todo el tiempo que se requiere. Todavía lo estamos pensando”.
*Con información de Proyecto Puente