Fundamentalmente, la autoridad ha dicho que, en vistas del carácter extraordinario de la emergencia que enfrentamos, los agentes podrían en la negociación decidir las medidas que consideren más convenientes, aun cuando se pudiese contravenir el texto y el espíritu de las leyes del país. La negociación por encima de la ley propone así un precedente que resulta peligroso para el país.
No tenemos una práctica de negociación colectiva libre en el país y, en este contexto de pandemia y distanciamiento social, no hay condiciones para esperar negociaciones colectivas reales, que permitan a las y los trabajadores participar y decidir sobre el futuro de sus vidas y las de sus familias, de sus trabajos y las decisiones sobre su viabilidad económica y productiva.
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