En la última semana, decenas de migrantes centroamericanos han sido abandonados en Villahermosa y otras localidades del sur de México. Como Chinchilla, fueron arrestados en Estados Unidos, devueltos a México y trasladados a puntos fronterizos con Guatemala. A otros, el INM los agarró sin documentación en regla en estados norteños como Coahuila y, ante la imposibilidad de deportarlos, los trasladó al sur, donde también los dejó a su suerte.
Nunca en la historia México había recibido a migrantes de otros países deportados como si fueran mexicanos. Tampoco se había establecido una ruta de expulsión por la que Estados Unidos entrega a los centroamericanos en la frontera y México se encarga de regresarlos lo más cerca posible a sus países.
Orlin, por ejemplo, dice que quería pedir protección en Estados Unidos “por problemas en mi país”. En menos de una hora habían registrado sus datos y lo habían devuelto al puente internacional. “Me dijeron que siguiera caminando hasta México”, explica en llamada telefónica desde Villahermosa. Ahora quiere regresar a Honduras, pero la frontera de Guatemala está cerrada, así que no sabe qué hacer.
*Con información de Animal Político