Acudiendo al derecho internacional de los derechos humanos y escuchando a las organizaciones que por años han trabajado en el campo, el gobierno federal y los gobiernos estatales pueden encontrar propuestas concretas para atender la emergencia con “enfoque de derechos humanos”.
Más allá de estándares y tratados, esta perspectiva puede contribuir a que, frente a un reto de inmensas proporciones, que moviliza temores profundos y que nos recuerda nuestra común fragilidad, se haga la realidad la esencia misma de los derechos humanos: la convicción profunda de que al tiempo que todos y todas compartimos igual dignidad, debemos hacernos cargo especialmente de quienes se encuentran en los sectores más desaventajados. La intuición de que nos volvemos más humanos cuando nos preocupamos por quienes aún viven en las condiciones más inhumanas.
A la emergencia sanitaria le seguirá la emergencia económica; son y serán, sin duda, tiempos difíciles. Los derechos humanos están ahí para recordarnos también que hay esperanza y que en la senda que caminaremos para salir de esta crisis contamos con referentes y guías claras.