Es evidente que en México existe un subregistro en el número de fosas y de personas desaparecidas, dice Francisco Rivas, director del Observatorio Nacional Ciudadano. Con ocho años, cinco meses y 11 días sin saber dónde está su muchacho, Emma asegura que jamás había pensado que iba a tener la necesidad de buscarlo sin vida.
“En la Asociación no solo buscamos a los nuestros, sino a todos los desaparecidos porque para cada uno puedo asegurar que hay una casa, unos padres que lo están esperando, porque no son solo cifras, son hermanos, hijos, esposos, por eso nosotros al buscar sabemos que podemos encontrar al hijo de otra madre”.
Para Emma, quien tiene claro que no descansará hasta tener noticias de su hijo, que las madres estén cargando palas y aprendiendo a reconocer huesos es una consecuencia de la falta de capacitación y voluntad del gobierno para encarar el problema de los desaparecidos.
*Con imagen e información de Reporte Índigo