Sin duda, uno de los pendientes más prioritarios es poner fin a la impunidad casi absoluta por tortura: de un total de casi 24,000 investigaciones iniciadas por tortura de 2014 a 2018, los poderes judiciales informaron de únicamente 41 sentencias dictadas en casos de tortura (33 federales y 8 estatales), incluyendo tanto sentencias condenatorias como absolutorias. Así, se requieren transformaciones profundas en la forma de investigar la tortura.
Mientras tanto, la realidad cotidiana que viven las víctimas de tortura y sus familias sigue siendo de una lucha permanente por la libertad, el acceso a la justicia y la reparación, enfrentándose a un sinnúmero de obstáculos. Desde el Centro Prodh acompañamos a numerosas personas sobrevivientes y familiares que, con valor y dignidad, han emprendido este duro camino, y seguiremos buscando verdad y justicia para cada una de ellas.