La lectura del libro Ciencia por la verdad; 35 años del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) supone un recorrido intenso, extraordinario, de cómo un puñado de jóvenes y su maestro -en uno de esos breves momentos luminosos y poco frecuentes de la historia- logran dar un vuelco al horror del exterminio sistemático de quienes incomodan a los poderosos, y recuperan, para centenares, y luego miles de víctimas, el regreso a sus familias, sus comunidades, para devolverles su dignidad como personas humanas. En otras palabras, para reestablecer su derecho a la identidad, y como consecuencia su acceso a la justicia.
Tuve el oportunidad, en el año 2001, de promover la cooperación del gobierno de México con el sistema internacional de protección de los derechos humanos. En el marco de un acuerdo con la Oficina del Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Derechos Humanos, invitamos al EEAF a proveer capacitación a las organizaciones de derechos humanos y operadores de justicia en materia de identificación forense.
Dichos entrenamientos permitieron que las organizaciones de derechos humanos se familiarizaran con la antropología forense, y ello condujo, con el paso del tiempo, a su participación en el esclarecimiento de la verdad en algunos casos emblemáticos narrados en el libro, como son los feminicidios de Campo Algodonero en Ciudad Juárez (2005), y años después, el secuestro y desaparición de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero, a manos de la policía municipal y estatal (2015).
En ambos casos, el aporte del EAAF ha sido fundamental para revelar la obstrucción de la justicia en el tratamiento de la evidencia por parte de las autoridades encargadas de la investigación de los hechos. Finalmente, el caso de Campo Algodonero terminó en un tribunal internacional, cuyo fallo sobre la actuación del Estado fue fulminante, al señalar que éstas “…no investigaron diligentemente las desapariciones a efecto de prevenir daños a la integridad psíquica o física y/o la muerte de las jóvenes…” (pag. 104). En el caso de Ayotzinapa, la evidencia aportada por los expertos del EAAF y el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes convocado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, permitió echar por tierra la “verdad histórica” del asesinato de los estudiantes esgrimida por el gobierno de Peña Nieto, y eventualmente dio pie al establecimiento de una Comisión para la Verdad del caso mandatada por un tribunal federal y asumida por el gobierno actual.