«Me siento contenta al haberlo encontrado, sobre todo al ver que muchas compañeras no han podido hallar a sus hijos, y al mismo tiempo estoy triste porque no sé cuándo murió, tampoco me pudieron decir cómo», afirma.
Su muchacho fue localizado en la megafosa clandestina Colinas de Santa Fe del puerto de Veracruz, el cementerio clandestino más grande América Latina. Gracias a estudios forenses se determinó que Jonattan estaba entre los 298 cráneos y 2 mil 900 restos óseos encontrados en las 135 áreas de la megafosa.
Ahora, María de Lourdes no sabe qué pensar de su futuro. Tiene episodios de profunda tristeza, pero sabe que debe seguir adelante por sus otros dos hijos y sus nietos. Y es que —sentencia con firmeza— el caso no se ha terminado.
Se dice lista para seguir la búsqueda de los hijos de sus compañeras, en especial de una que falleció sin encontrar a su hija, desaparecida también en Veracruz. Otra de sus motivaciones es hacer justicia y obtener respuestas sobre quiénes mataron a su hijo y por qué: «Ahora me faltan los malos, los que le hicieron eso, justicia».
*Con información de El Universal