Este evento de reconocimiento** es una luz, una esperanza, es un punto de partida. Falta mucho por hacer, espero que la puerta se abra para otras familias y colectivos. Que esto no quede sólo en disculpa. Es un primer logro; sin embargo, hay que seguir avanzando.
Buscar justicia no ha sido fácil. Ha sido mucho caminar en contracorriente, tomar la dignidad que no pudieron arrebatarnos como fuerza para seguir, remando contra el dolor, contra la impunidad, movidos por nuestros corazones y convicciones. Instituciones que deberían apoyarnos no han estado a la altura.
La oportunidad y el reto está en construir distinto. Sanar al país requiere justicia, verdad y memoria. Mientras los casos del pasado no se resuelvan, mientras no existan ejemplos de justicia, estas graves violaciones de derechos humanos seguirán ocurriendo. Si este gobierno quiere cambiar, tiene que empezar a traer justicia a los casos de ayer y de hoy. En ello radica la posibilidad de que el cambio de régimen se convierta en un verdadero proceso de transición democrática.
Hoy tomo fuerza para seguir avanzado. Que mi voz resuene y que otras víctimas sean escuchadas. Que la búsqueda de la justicia por la que llevo décadas luchando haga eco y retumbe en las entrañas de la impunidad.