A las mujeres se les exige ser bonitas, calladas y dulces. ‘‘Pero, ¿cómo serlo cuando hay tanta violencia?”, inquiere la cantante y activista canadiense Elisapie, una de las invitadas al Festival Internacional Cervantino (FIC) en Guanajuato, donde presentará su disco The ballad of the runaway girl, que puede traducirse como La canción de la chica fugitiva.
–¿Se puede separar a la artista de la activista?
–A veces se tienen que separar porque necesito hacer cosas muy hermosas, humanas, que toquen a los demás, que logren una conexión. Cuando quieres ser activista debes alzar la voz y ser muy clara, sin que interfieran los misterios de la poesía. Esa es la única vez en que pueden separarse. En mi caso la mayoría de las veces van juntas en lo que hago porque trato de hablar por los que no pueden o se les dificulta.
‘‘Como mujer debo ser capaz de decir: me siento vulnerable, o fuerte, siento la violencia, todo lo que los seres humanos sienten. Como mujeres nos dicen que tenemos que ser perfectas y bonitas, pero eso es una estupidez porque, ¿cómo podemos ser pequeñas, calladas, dulces y bonitas cuando hay tanta violencia? No tiene sentido.
*Con información de La Jornada