Directores de albergues y centros de atención para migrantes que opera la Iglesia católica lanzaron ayer un llamado al Gobierno federal para que no se criminalice a los extranjeros ni se violen sus derechos, y cesen las intimidaciones de la Guardia Nacional y cuerpos de seguridad hacia los refugios.
En conferencia de prensa, señalaron que México aplica una política migratoria restrictiva que facilita el lucro del crimen organizado, además de que hostiga a quienes huyen de sus países por pobreza y violencia.
En la sede de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), que atiende una red de 130 albergues para indocumentados, expusieron que mientras en el sur del país elementos policiacos violentan a los extranjeros, en el norte se registran agresiones contra casas de migrantes, como sucedió en Saltillo, Coahuila.
«Pedimos al Estado, a estas instituciones de seguridad, que nos dejen en paz a las casas del migrante, que respeten, que valoren la identidad de nuestras casas como santuario para esta multitud perseguida», dijo Pedro Pantoja, encargado de la zona norte de la red.
*Con información de Reforma