A las familias que conformaron la comunidad rarámuri urbana Sierra Sur, les prometieron una iglesia, una escuela y un centro comunitario, pero, a tres años de que se establecieron en la capital de Chihuahua, no tienen ni servicios básicos.
En representación de la comunidad, Estela Aguilar Palma denunció que las más de 35 familias que viven en el asentamiento rarámuri no han recibido apoyos para tener una vida digna en la ciudad.
«Hay mucha necesidad, aquí vivimos sin drenaje, sin luz, no hay agua potable… Nos llevan agua en pipas dos veces por semana, pero a hay casas a las que no alcanza a subir y no siempre viene completa (la pipa). El agua es vida, es salud, si no tenemos eso, no se puede vivir».
La constante de las familias que viven en este asentamiento, comentó, es que deciden dejar su comunidad por falta de oportunidades como alimento o trabajo y, en algunos casos, por seguridad.
*Con información e imagen de Raichali