Meoqui, el pequeño pueblo a unos kilómetros de la ciudad de Delicias, se desbordó por el dolor el llanto y un mismo grito en las voces de centenares de personas ¡Norberto, Norberto!
Es el clamor de justicia con el que en Meoqui fueron recibidas las cenizas de uno de sus hijos, Norberto Ronquillo Hernández, secuestrado y asesinado en la ciudad de México.Vestidos de blanco, agitando pañuelos, formando vallas humanas al paso de la carroza que transportó la urna. Desde la entrada al poblado hasta el templo de San Pablo Apóstol,
*Con imagen e información de El Diario de Chihuahua