Son madres sin hijos. Desaparecidos, asesinados, víctimas de feminicidio, torturados, detenidos arbitrariamente. Son mujeres que no se cansan de exigir verdad y justicia. Madres que este 10 de mayo no tienen nada que festejar. Quienes aseguran, les han robado la ilusión y la tranquilidad.
Para Austreberta Casales, el de este viernes será su octavo día de las madres sin sus dos únicos hijos, presos desde junio de 2011, acusados falsamente
de secuestro. Verónica y Érik fueron torturados, ella sufrió ataque sexual. “No tengo nada qué festejar. Vivo en una cárcel sin rejas. Me quitaron a mis hijos y destruyeron mi vida. ¿Cómo puedo decir ‘feliz Día de las Madres’, si no los tengo?”.
Elvira enfrentará su primer 10 de mayo sin su hija, asesinada por su pareja en diciembre de 2018, en el estado de México. Afirma que será doloroso, sobre todo porque su memoria navega en recuerdos: Era ella la que organizaba los 10 de mayo. El año pasado hizo una comida, para mí, mi hermana y mi madre. Hoy ya no está y no tengo el más mínimo deseo de festejar
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María del Rocío Fragoso sufre la pena de no saber nada de su hija Karen, de 23 años, quien desapareció el 27 de octubre de 2018 en Cuajimalpa. No había pensando en la efeméride de este viernes y cuando lo recuerda no para de llorar.
Cristina Bautista no sabe de Benjamín desde la noche del 26 de septiembre de 2014, es uno de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos de manera forzada. Éste será su quinto 10 de mayo sin él. No hay peor dolor que la incertidumbre por la ausencia de un hijo. Es muy triste llegar a otro día de las madres sin poder recibir un abrazo suyo. No tenemos nada qué festejar
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