El fiscal General ha hecho el diagnóstico de lo que recibió. Después de 100 días ha terminado de “limpiar” las oficinas de la exProcuraduría General de la República y nos ha mostrado lo que todos esperábamos: un cochinero. La justicia mexicana en estado puro: colapsada, en terapia intensiva y parecería que sin remedio. 95 de cada 100 delitos denunciados en este país, sin investigar y sin resolver. He ahí una de las semillas de los males que acechan este país.
¿Por qué una persona puede entrar a una fiesta y matar a todos sus participantes, incluyendo un bebé de un año? Porque puede y sabe que no va a pasar nada, será de ese 95% impune.
Sacar la mugre también debe incluir el señalamiento de responsables. Ojalá las compras con sobreprecio, la corrupción interna, los jueces comprados y los peritos pagados no caigan en ese 95% de impunidad, esa tarea ya está en manos del fiscal que ha prometido cambiar la justicia de este país, a ver si por ahí comienza.