Llevamos años debatiendo cuál es la mejor manera de construir un sistema de justicia funcional. La falta de una instancia de procuración de justicia a nivel nacional que sea realmente independiente y capaz, ha sido uno de los principales obstáculos para abatir los graves niveles de impunidad en el país.
Por eso es tan importante la ventana de oportunidad que se abre en esta transición de la Procuraduría a la Fiscalía. No es la primera vez que se busca reformar a esta institución. Tenemos una colección de intentos fallidos. Pero quizá nunca antes se había considerado una transformación tan ambiciosa, prometedora y riesgosa a la vez.
En México Evalúa consideramos que hay que avanzar con inteligencia en cinco frentes:
Uno, el plan estratégico de transición, que debe tener una metodología clara.
Dos, el Plan de Persecución Penal.
Tres, el establecimiento de un servicio profesional de carrera.
Cuatro, la política de transparencia, participación ciudadana y rendición de cuentas.
Y cinco, los recursos y tiempos que esta transformación requerirá.