Nacida en Saltillo, Coahuila, en 1927, Rosario Ibarra recibirá del Poder Legislativo la Medalla al Mérito Cívico por su destacada trayectoria política y social.
Aunque dice agradecer profundamente la distinción, reitera que «hubiera preferido ser totalmente desconocida, y vivir en la tranquilidad de mi hogar al lado de mi marido y de todos mis hijos».
A sus cercanos 92 años de edad, asegura que su misión en la vida estará cumplida «cuando conozcamos la verdad sobre nuestros familiares».
«¡Vivos se los llevaron! ¡Vivos los queremos!», es el grito de batalla de Rosario Ibarra desde hace casi medio siglo y en la actualidad, cobró fuerza en las madres y familiares de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. «Es un grito que hicieron suyo por solidaridad hacia nosotros. Ahora resuena lamentablemente por sus compañeros. ¡Nunca debió ser así!», asegura.
A esas madres, que como ella, siguen sin saber el paradero de sus hijos, les dice que sigan adelante, que no dejen de buscarlos como lo han hecho hasta ahora.
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