Un día después de la presentación del informe de AI, la Fiscalía General de Chihuahua informó de la captura de dos presuntos asesinos materiales de Julián Carrillo. Se inicia con ello un acercamiento incierto con la justicia; sin embargo, quienes persisten en la defensa de sus pueblos lo ven con esperanza, porque no renuncian a ella. El propio Julián Carrillo, en entrevista con AI, incluida en el informe, denunció que lo amenazaron con que le iban a trozar el buche
y afirmó: en Coloradas hemos vivido, hemos nacido, entonces nuestros hijos vienen siendo como un brote, como un árbol, y ya a veces los árboles se hacen viejos, se secan, pero el brote sigue, después todavía crece. Ahorita yo ya estoy un poco viejo, pero me siguen mis brotecitos
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AI retrató la guerra que enfrentan las comunidades rarámuris, pero no sólo ellas ni sólo en esa región. ¿Hasta allá llegará la seguridad que supuestamente ofrecerá la Guardia Nacional? ¿Será suficiente con terminar la guerra contra los jefes del narcotráfico, como señaló recientemente el Presidente de la República, para que sus redes de poder local se desarticulen y liberen a las comunidades del virtual cerco de violencia cotidiana? ¿Se detendrá el despojo territorial, la entrega de concesiones? ¿Cuándo se reconocerá que es insuficiente el otorgamiento de apoyos individuales para integrantes de los pueblos indígenas? ¿Cómo realizan el censo de bienestar en la sierra Tarahumara ante la dificultad objetiva para llegar a sus rancherías y para utilizar la tarjeta de un banco? En un área de miles de hectáreas, con una orografía irregular que evita el ingreso vehicular y que, por tanto, implica que los funcionarios de todo tipo caminen horas para llegar a un destino determinado. Esto es sólo una parte de la guerra contra los pueblos, a ras del suelo.