La propuesta de creación de la Guardia Nacional genera un doble riesgo para cualquier mexicano. Por un lado, concentra enorme poder, sin mecanismos de control, en López Obrador como nuestro próximo presidente. Por otro, transfiere atribuciones sustanciales de autoridades civiles a mandos militares. Este doble aspecto de la iniciativa que Morena presentó en el Senado, ataca de forma esencial el diseño actual de pesos y contrapesos de la Constitución.
Morena carece de la mayoría calificada para reformar la Constitución federal. Todos los miembros del Congreso tienen la responsabilidad ineludible de entablar una discusión de fondo antes de alterar para siempre nuestras coordenadas constitucionales. La República democrática no se debe perder en la cuarta transformación, aunque tenga la buena intención de darle seguridad a un país.