Por un lado, el proyecto sin duda da la razón a quienes en su momento advertimos que la LSI contrariaba la Constitución y evidencia así a legisladores, mandos castrenses y funcionarios de la administración saliente que en su denodada defensa denodada de esa Ley minimizaron o trivializaron esos señalamientos.
En efecto, el proyecto señala sólidamente problemas de constitucionalidad de 11 artículos que versan sobre aspectos relevantes.
Sin embargo, el proyecto deja intocados otros aspectos de la LSI que son en extremo preocupantes. Para abonar al debate, enseguida identificamos las que a nuestro juicio son las cinco cuestiones más delicadas.
Al validar estas cinco cuestiones, el proyecto mantiene la columna vertebral de la Ley y, queriéndolo o no, da un espaldarazo a la intervención castrense en tareas ajenas a su mandato constitucional expreso. De este modo, termina cobijando una política de seguridad que sólo ha traído más violencia al país y que en su momento se presentó como una solución temporal.