Los datos de la impunidad en los delitos cometidos contra periodistas a nivel global son alarmantes. Evidentemente esto no es una manera de aliviar las conciencias de nuestros funcionarios de procuración de justicia. México suma a la impunidad con su, hasta hoy, 99.2 % de casos sin sentencia a nivel federal.[1] En casos de asesinatos, la FEADLE ha obtenido una sentencia en su historia, mientras que instituciones de procuración de justicia en Veracruz o la Ciudad de México han obtenido sentencias en los asesinatos de Regina Martínez, Gregorio Jiménez, Moisés Sánchez o “Narvarte”, con serias dudas sobre el aseo y alcances en las investigaciones.
Los asesinatos de periodistas son el extremo de un continuum de violencia contra la libertad de expresión que no frena y encuentra diversas manifestaciones. ARTICLE 19 tiene registro de 389 agresiones contra periodistas del 01 de enero al 31 julio de 2018. Estamos hablando que hasta el final de julio, según nuestro registro, sumarían 2,375 agresiones contra la prensa en México durante el gobierno de Enrique Peña Nieto. Esa gama de agresiones a la que hago referencia abarca, durante los primeros siete meses del año: intimidación y hostigamiento (126), amenazas (82), bloqueo, alteración o remoción de información (57), ataque físico (42) y privación de la libertad (22). En el caso de asesinatos con posible móvil relacionado por el ejercicio periodístico alcanzamos 8 periodistas durante 2018, es decir, 47 durante el peñanietismo.