Fueron miles de kilómetros los que Sara recorrió para poder abrazar de nuevo a su muchacho, que la esperaba con rosas rojas. Te amo
, le dijo la mujer. Y se fundieron en un largo y emotivo abrazo que conmovió a los presentes. Vítores, aplausos, felicidad por ese encuentro que representa el objetivo último de esas valientes mujeres que año con año se suman en caravana y desde Centroamérica vienen a México en busca de sus hijos desaparecidos. Un encuentro que refleja que la voluntad vale la pena y que da esperanzas a todas para algún día, verse en ese lugar.
*Con información e imagen de La Jornada