Los que cruzan nuestro país son personas que huyen de una situación de violencia generalizada, “técnicamente es diferente un migrante que un refugiado (…) Las personas refugiadas salen huyendo de su país por temores fundados de persecución en razón de raza, condición social o por pertenecer a algún grupo religioso, por lo tanto, pedirle a una persona refugiada que traiga visa es un despropósito y es una violación a los principios del derecho internacional de los refugiados”, dice Santiago Corcuera, expresidente del Comité de las Naciones Unidas contra las Desapariciones Forzadas.
Y que sirva este espacio otra vez para recordar un estudio de 2015 publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México, a través del Instituto de Investigaciones Jurídicas, titulado: “Imaginarios de la Migración Internacional en México. Una Mirada a los que se van y a los que llegan”. Es importante recordarlo porque nuestra dosis de racismo es mucho mayor a la que nosotros pensamos.