La debilidad institucional es el principal obstáculo para la competitividad y crecimiento económico de México. Aunque nuestro país se ubica en el sitio 46 de 140 en el Índice de Competitividad Global 2018 (ICG), ocupa un preocupante penúltimo lugar en el indicador de Crimen organizado, el puesto 138 en Fiabilidad de los servicios policiales, el 130 en Tasa de homicidios y la posición 120 en Libertad de prensa.
En esta edición, el índice realizado por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) mide la competitividad de 140 economías, a través de 12 pilares y 98 indicadores, y revela dos principales factores que atan a México en el camino de la competitividad internacional: sus instituciones (105 de 140) y el mercado laboral (100 de 140). La baja calificación en estos pilares, combinada con la de los 10 restantes, hizo que nuestro país retrocediera dos posiciones [1] respecto al mismo estudio de 2017.