La CNDH ha dicho que, en el periodo comprendido del 1 de enero de 2007 a septiembre de 2016, en el país se habían localizado 855 fosas clandestinas, de cuyo interior se habían exhumado mil 548 cadáveres y/o restos óseos, en tanto que de un muestreo hemerográfico realizado en el mismo periodo permitió advertir un total de mil 143 fosas clandestinas localizadas en territorio nacional, de las que se desprende la exhumación de 3 mil 230 cadáveres y/o restos humanos.
De enero de 2017 al 30 de agosto de este año se exhumaron cuando menos 530 cuerpos, de los que fueron identificados 54 y cuando menos 476 quedaron sin identificar, y el número de restos localizados ascendió a un total de 165 mil 431. Esas cifras no incluyen los más recientes hallazgos en Veracruz.
Los colectivos de familiares de víctimas siguen buscando a sus muertos, los muertos siguen buscando a sus vivos. No se encuentran porque no hay un esfuerzo institucional serio, ordenado, que corresponda a la emergencia.
Se pasan leyes, se crean institutos y comisiones. Nada.
Vivimos en un país en que un tráiler refrigerado, lleno de cadáveres, rondó algunos días las carreteras y calles de Jalisco.