¿El Ejecutivo teme que los asesinatos y las desapariciones forzadas orienten la mirada a la actuación de las fuerzas federales en Guerrero?
¿Quiere evitar cualquier evaluación y rendición de cuentas por parte del Ejército, la Policía Federal y los gobernadores en una de las entidades violentas, donde se mueven cárteles a sus anchas de Iguala hasta Chicago?
¿Se siente preocupado por las declaraciones de López Obrador o de Alejandro Encinas sobre deslindar responsabilidades?
Queda registrado en video propagandístico, venga lo que venga, que al final de su mandato Peña Nieto le arrebató a Jesús Murillo la llamada Verdad Histórica y la hizo suya.
«Yo estoy en la convicción que lamentablemente pasó justamente lo que la investigación arrojó».
Él la promueve. Él la asume. Él la acepta. Él se responsabiliza.