El 16 de agosto de 2008 un comando armado asesinó a 12 jóvenes y un bebé en el poblado de Creel, municipio de Bocoyna, Chihuahua. En el décimo aniversario, sus familias exigen justicia por esa primera masacre perpetrada en el país después de que el expresidente Felipe Calderón Hinojosa declaró la guerra al narcotráfico.
“Memoria que resiste”, fue la frase que eligieron los deudos para resumir una década de dolor e impotencia.
Los asistentes a la conmemoración en Creel macharon en silencio desde la parroquia Nuestra Señora de Lourdes hasta la Plaza por la Paz, donde se realizó una misa con 15 sacerdotes, el obispo de la Diócesis de la Tarahumara y el provincial de los jesuitas en México.
*Con imagen e información de Proceso