Patricia Duarte Franco ha vuelto a sonreír. En los pasados nueve años ha dedicado su vida a buscar justicia y a evitar que la tragedia de la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, vuelva a ocurrir, pero su esperanza se ha renovado con la llegada de sus dos hijos y la posibilidad de encontrar en el sistema interamericano de derechos humanos la justicia que el Estado mexicano les ha negado.
Su hijo Andrés Alonso fue uno de los 49 bebés que perdieron la vida en el incendio y está empeñada en guardar su legado: A él no lo mataron el incendio o el humo, sino la corrupción de los gobiernos de México. Lo mataron las adjudicaciones directas en favor de los allegados a las cúpulas del poder económico y político
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Su esposo, José Francisco García Quintana, añade: ¿Por qué seguimos luchando? ¿Por qué seguimos exigiendo justicia? Para que no mueran tus niños. Este es el mejor legado de nuestro hijo: evitar que sigan muriendo menores en las guarderías y estancias. Este año han muerto más de 60 niños; esto no debe seguir así
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