Precisamente en estos días estamos a dos años de la entrada en vigor del SJPA y es evidente que no podemos decir que sea plenamente funcional. La falta de aplicación de protocolos, la insuficiente capacitación en el SJPA para los policías, y la carencia del kit de primer respondiente para gran parte de los policías en el país, son tres de los múltiples indicadores que nos pueden dar un panorama de todo el trabajo que aún está pendiente para una transición plena al SJPA que se refleje en una eficiente procuración e impartición de justicia en nuestro país.
Es preocupante que la propuesta del SESNSP en cuanto a capacitaciones, sean cursos exprés que cumplen si acaso en términos cuantitativos, pero que están muy alejados de los aspectos cualitativos, que son los que realmente permitirán al policía actuar de manera correcta ante cualquier situación. Adicionalmente, la aprobación de protocolos nacionales es irrelevante si no se aplican de forma cotidiana y correcta en todas las corporaciones del país. Tanto para las capacitaciones como para los protocolos, es necesario que se realicen evaluaciones frecuentes a los policías con la finalidad de detectar deficiencias y dificultades operativas. Es también alarmante que exista un enorme abismo entre lo que manifiestan las autoridades responsables de su consolidación y lo que ha documentado la sociedad civil.
En suma, a diez años de la reforma y a dos de su implementación, falta mucho por hacer para que los policías puedan llevar a cabo adecuadamente sus funciones en el SJPA y que éste pueda ser exitoso; es decir, que la justicia pueda impartirse de manera adecuada sin castigar a inocentes, pero sin que los delincuentes queden impunes, siempre con pleno respeto a los derechos humanos, que es uno de los ejes fundamentales del SJPA.