«Cuando el nefasto líder norteamericano y sus discípulos -al igual que los nazis lo hicieron a los judíos en 1933 en Polonia- separa a los niños de sus padres para encerrarlos en jaulas y nombra a estas frágiles y desesperadas comunidades de refugiados ‘animales’ o ‘violadores’, no se los dice a ellos solamente, nos lo dice a todos nosotros», dijo el director de cine Alejandro González Iñárritu.
Fue el mensaje leído por el titular de Cultura de la Ciudad de México, Eduardo Vázquez, en el acto de clausura de la instalación Carne y Arena. Tras haberse presentado durante 285 días y de haber sido vivida por 12 mil 763 personas, ayer fue el último día de la instalación de realidad virtual dirigida por González Iñárritu, con fotografía de Emmanuel Lubezki.
En su mensaje, el director mexicano cuestionó que «cuando ocho personas poseen 50% de la riqueza del mundo, ¿cómo es posible que el imperio más rico del planeta, así como los países europeos con mayores recursos se volteen a culpar a los más pobres, a los más necesitados?»
González Iñárritu no fue menos duro en sus cuestionamientos al gobierno mexicano: «Nuestro gobierno sin cabeza calla sin dignidad alguna. No se puede defender lo que no se tiene. Mientras tanto los migrantes, invisibles como lo fueron los esclavos, sin derechos ni identidad, trabajan de sol a sol enriqueciendo las economías de ambos países. En nuestra frontera sur a los migrantes no se les envía a las cajas ni a las cárceles, sino directo a las fosas comunes y sin que quede registro».
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