¿Que le espera a este sector poblacional ante tragedias como Ayotzinapa y los estudiantes de cine de Jalisco?
-En los últimos sexenios, los jóvenes han sido desatendidos y agredidos. No ha habido una propuesta que genere trabajos para ellos. Solo una minoría, apenas 37% de jóvenes, tiene posibilidad de acceso a la universidad; los otros están en empleos precarios y sin atención del Estado.
Son víctimas de la violencia…
-También son las víctimas de la guerra: los sicarios o los estudiantes de Jalisco, los que están desaparecidos en Oaxaca, Tierra Blanca, Ayotzinapa: víctimas que no tenían nada que ver con la confrontación; o bien como efectivos militares o policías. En realidad 80% de los 200 mil muertos que llevamos son jóvenes, las víctimas más importantes de lo que se ha llamado la guerra contra el narcotráfico.
¿Es un panorama de desesperanza?
-Es de pesimismo desde la inteligencia, pero de optimismo en la voluntad. Los jóvenes son conscientes de que estudiar una carrera no les garantiza trabajo y condiciones mejores que las de sus padres. Son pesimistas, pero al mismo tiempo están activos tratando de transformar la realidad, participando en pequeños colectivos, en organizaciones sociales, proyectos populares. Hay esperanza, no porque tengan certeza de que las cosas van a mejorar, sino porque tienen la certeza de que deben hacer algo para irrumpir en este momento de una manera decisiva y cambiar el rumbo de lo que ha ocurrido en los últimos años.
¿Por qué no se ha podido repetir una movilización como la de 1968?
-Hay muchas explicaciones: las pantallas en las que estamos involucrados culturalmente todos y todas: a veces el muchacho entiende que participar en las redes sociales es lo mismo que participar políticamente, cuando no [es así].
Hay formas de participación que no afectan al poder y eso es lo que tenemos que evaluar. Por el otro lado, la historia de la Revolución, la cristiana y la represión de 1968 ha dado una cierta sabiduría al pueblo de México: hay experiencias sangrientas y la gente intenta por todos lados cambiar las cosas. Cuando éstas ya no puedan cambiar o cuando estemos en el abismo absoluto, yo confío en que los jóvenes saldrán a la calle nuevamente.
¿Esas son las únicas explicaciones?
-También el control que tiene el mercado. Nos han hecho creer que el éxito es individual y que el cambio está dentro de ti mismo. Esa ideología es abrumadora para muchos muchachos: despolitiza y desmoviliza, porque te culpa de tu condición social. El mayor triunfo de la ideología neoliberal es hacerles creer a los pobres y a los que trabajan, que ellos tienen la culpa de su condición. Eso es mentira.
*Lea la nota completa en El Universal