De manera insensata, el Secretario de Gobernación Alfonso Navarrete Prida, comunicó en la informalidad de un twit que la Policía Federal adscrita a la Comisión Nacional de Seguridad, había detenido a uno de los presuntos asesinos del periodista Javier Valdez.
Así, sin sustento, sin argumentos, sin dar detalles de la investigación, sin informar el móvil, sin dar a conocer las ligas del detenido con el narcotráfico y el crimen organizado, el grado de participación que tuvo en el crimen, o datos de la indagación ministerial, con solo su escrito en twitter como prueba, Navarrete escribió 40 palabras para informar de manera somera: “Felicito a los elementos de la @PoliciaFedMx, #CNS y @PGR_mx, que en una operación conjunta, hace unos momentos detuvieron al presunto responsable del homicidio del periodista Javier Valdez, quien lamentablemente fue privado de la vida el año pasado en #Sinaloa”.
La secrecía de la investigación daba la impresión de ser más por la incapacidad que por la rigurosidad de una investigación ministerial. Durante once meses mantuvieron a la sociedad en general y a los lectores de Javier en lo particular, en el abandono informativo, sumando este caso a los de más de cien periodistas que han sido asesinados en los últimos 18 años, y cuyos casos permanecen en la impunidad.
Tres fueron los asesinos identificados –ahora se sabe- por la Fiscalía de Sinaloa y la PGR aquellos días posteriores al crimen, cuando localizaron material videográfico donde se aprecia a quienes se llevaron el auto del periodista después de asesinarlo. Así dieron con ellos. Tampoco se trata de una investigación profunda, meticulosa y científica, fue la evidencia circunstancial la que dio a los investigadores el hilo de donde jalar. Aun así se tardaron casi un año en tener resultados, aun cuando siguen negando la información de la investigación.
No basta que en la Comisión Nacional de Seguridad que titula Renato Sales, finalmente se hayan convencido que el asesinato del periodista tiene que ver con su entorno profesional. Que lo mataron por hacer periodismo de investigación. Conclusión a la que llegaron después de leer los últimos trabajos de Valdez. No basta con que hayan detenido a un presunto asesino. La familia de Javier, sus compañeros periodistas, sus lectores, la sociedad, deben saber en cuáles condiciones le quitaron la vida a un hombre de letras y palabras. Por qué, quiénes, cuál el contexto.
No basta la palabra del Secretario de Gobernación, del Comisionado o la del Fiscal Especial, se requiere certeza jurídica, investigación ministerial que pruebe que no se trata de un oportunismo político justo antes que se cumpla un año del atentado contra la libertad de expresión.
Los asesinos de Valdez han gozado de impunidad durante casi un año. Los autores materiales de igual forma. El 15 de mayo compañeros periodistas de todo el País honrarán la memoria del periodista, y exigirán al gobierno de Enrique Peña Nieto, justicia. Justicia para Javier, para todos, cárcel para los asesinos.
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