Los ojos de María Herrera Magdaleno no paran de derramar lágrimas y sus pies no se cansan de recorrer cientos de kilómetros en busca del paradero de cuatro, de los ocho hijos que tiene.
Esta mujer de 68 años afirma que nunca se cansará de buscarlos, «estén vivos o muertos, quiero encontrarlos antes de que me muera, necesito saber dónde están».
En su bolsa negra siempre carga la foto de Gustavo, Jesús Salvador, Luis Armando y Raúl Trujillo Herrera, porque «puede que alguien los conozca, demos con su paradero y se reúnan con sus hijos, sus esposas, con sus otros hermanos y conmigo».
Al considerar que ha tenido poca ayuda por parte de las autoridades, afirma que es en la sociedad donde está el respaldo necesario para encontrar a sus hijos y a los de miles de familias más.
«Es en la sociedad y en las organizaciones sociales en donde está el apoyo para encontrar a nuestros hijos, porque todas las autoridades no nos han respondido y nos han fallado», comenta con voz entrecortada. Insiste en que no se dará por vencida en su búsqueda.
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