Leo con indignación, mas no con sorpresa, el comunicado de la Fiscalía General de Veracruz, la cual se ha comportado otra vez como una oficina inservible que desprecia la labor periodística, que insulta la lucha por la prensa libre y que se ríe en nuestras caras de un crimen más que quedará impune.
El comunicado señala en su primera línea: “Fue privado de la vida mientras desarrollaba su actividad de taquero”. Sigue el comunicado: “La Fiscalía General del Estado, a través de su Fiscalía Especializada, investiga los hechos ocurridos en este municipio, en los cuales se registró el deceso de un comunicador que actualmente se desempeñaba como comerciante de comida».
Ni una sola palabra en el comunicado de su labor periodística. ¿Qué busca la fiscalía? ¿Qué intenta cuando engaña de esta manera? ¿Por qué desprecia el trabajo de un colega? ¿Qué futuro tiene la investigación cuando parte de un absurdo?
Es un ejemplo más de dónde inicia la impunidad en los crímenes a periodistas. Primer paso de la estrategia gubernamental: desacreditar a la víctima, achacarlo a motivos “personales”, “nada qué ver con su profesión”, dicen. Porque de esa forma es una casualidad y no una epidemia. Porque así se han acumulado 114 casos de periodistas asesinados en México en los últimos tres sexenios. Porque así justifican que, con la desatención y la impunidad, el Estado también los mata.
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