«Desde mis dos viajes anteriores a México me ha interesado el caso de estas familias (de Ayotzinapa). En ese momento, hace como año y medio o quizá dos años, pude verlos realizando una protesta en un parque-plaza pública, ahí montaron casas de campaña aquí en la Ciudad de México y me quedé impresionado, en realidad muy sorprendido, de ver a esta sociedad moderna del siglo XXI teniendo una tragedia como ésta.
«Siempre le hago la misma pregunta a un amigo: ¿Qué fue lo que realmente pasó? Hay tantas versiones diferentes y todas estas versiones reflejan profundas heridas en la sociedad, a nivel político y a nivel de los derechos civiles y humanos. Es increíble. No sólo para ciertos individuos como yo que le tienen un gran respeto a México y su sociedad. Tuvo un impacto muy profundo en mí constatar su propia cultura y su dignidad. Pero al mismo tiempo ver que un hecho tan brutal y oscuro pueda suceder en esta sociedad refleja la condición general del país, ya que mucha gente ha estado desapareciendo por años. No fue sólo una persona. Esto claramente habla del problema».
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