De acuerdo con la UNESCO, México comparte niveles de violencia contra periodistas similares a los de Afganistán. La comparación no es novedad, nuestro país se mantiene como uno de los más peligrosos para ejercer el periodismo en el mundo.
El Estado es guardián de la impunidad. El 99.6 % de los crímenes contra miembros de la prensa aún no se resuelven. Sus omisiones son un mensaje alentador para los agresores: en México se mata a un periodista y no pasa nada.
La Procuraduría General de la República (PGR) ha cuidado bien de la estadística por medio de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE). Desde su creación en 2010 y hasta septiembre de 2017, solo se han dictado 3 sentencias condenatorias de las 800 averiguaciones previas hechas por la FEADLE.
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