El pueblo de San Gregorio sigue férreo en su lucha por levantarse tras los sismos, pero esta vez, el incansable esfuerzo no es de los adultos o de las autoridades: Hoy los niños del pueblo de más de 400 años de existencia pintan murales para superar la tragedia que barrió con hogares y sueños.
David, un arquitecto de la UNAM y 170 menores de edad, han diseñado y creado 15 murales tanto en San Gregorio como en otros poblados de la Delegación Xochimilco. Con esta labor, dice David, “los niños se han transformado en el ejemplo para los grandes”.
Para David, los murales de los niños -porque ellos mandan eligiendo y desechando bocetos- reflejan sus vivencias y sueños: escenas de brigadistas, perros, chinampas, casas destruidas y ruinas, esperanzas, costumbres y familia, símbolos de miedo y jolgorio que componen el arte precoz. “Que hagan eso y se expresen, porque un niño que toma un pincel difícilmente tomará las armas. Y él se sabrá expresar. Él sabrá expresar su inconformidad”, afirma el muralista.