Aunque tengamos tan poca esperanza en nuestro sistema de justicia, amenazar al alguien de muerte por el trabajo que realiza NO está bien ni es la realidad que debemos de aceptar. Los números de homicidios, hostigamiento y persecución contra periodistas y defensores que hay en México es un claro indicador que no tenemos un estado de derecho democrático. Y aquí es donde la realidad y los discursos distan enormemente.
Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) hizo público que un colaborador recibió una amenaza de muerte. En pleno día un individuo le colocó una pistola en la frente a un colega y le dijo “bájale de huevos”. Lo que parecía ser un asalto terminó siendo en una amenaza. Una más.
El miedo breva de la falta de solidaridad de los pares. El enemigo disfruta la fragmentación que sufrimos día día. De la constante discriminación por dónde trabajas, con quién trabajas y qué haces en tu trabajo. El perpetrador reconoce y aprovecha el hecho de que será en soledad en la que se defenderá el atacado.
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