Considerado uno de los fundadores de la Teología de la Liberación, Leonardo Boff se declara impactado por “el sentido de solidaridad” de todos, por la auto organización de los jóvenes que salvó vidas y por la “capacidad de soportar”, la resiliencia que encontró en sus diálogos con universitarios.
«La corrupción es inherente al sistema capitalista. Primero, porque la relación capital-trabajo es sumamente desigual y la lógica del capital es acumular más y más produciendo dos tipos de injustica, una social, la pobreza, y la otra, la injustica ecológica, destruyendo el ecosistema. Hay una lógica que es corrupta y pertenece a los negocios: pagar menos impuestos, tener grandes fortunas en bancos extranjeros offshore. Entonces, la corrupción está en el sistema pero se ha radicalizado con la entrada de las grandes empresas y sus proyectos billonarios. Antes había proyectos de dos, tres millones. Ahora no, ahora son de tres, cuatro mil millones. Y cada uno quiere ganar su parte», declaró a La Jornada.