Dos alcaldes han sido asesinados en lo que va de este mes. Primero le tocó al edil de Huehuetlán El Grande, Puebla. La semana pasada al de Paracho, Michoacán, y el 26 de julio al de San Juan Chamula, Chiapas. De 2006 a la fecha más de 40 han sido ultimados, según la Asociación Nacional de Alcaldes de México.
Ante los hechos, la pregunta es qué sabemos sobre la muerte de estos alcaldes. La respuesta es que muy poco. Lo que los medios reportan. Que yo sepa ninguna de estas muertes ha sido esclarecida plenamente. Sin investigación, sin conocimiento de los hechos, sin justicia, nos quedamos en suposiciones. Sobre suposiciones no podemos generar un entendimiento de lo que realmente está sucediendo en el país.
Considero que es imprescindible lanzar una reflexión estratégica acerca de la seguridad pública, y me parece imprescindible que esté enfocada en articular los órdenes de gobierno de manera real y no sólo aparente, con base en diagnósticos cuidadosamente elaborados.
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