En Jojutla gente camina por inercia y en silencio. Pocos son los que hablan. Todos observan, aunque ya lo han hecho una y otra vez. Se respira tristeza, melancolía e incertidumbre. Lo reflejan los rostros y cuerpos cansados de las personas que permanecen en sus casas y sus trabajos para intentar retomar su vida.
“Nada es igual. Lo perdimos todo y quien sabe hasta cuándo nos vayamos a recuperar”, dice Alberto Estudillo, propietario de una tienda de pinturas en el centro, que tuvo que desalojar.
Joju, como cariñosamente se refieren a este municipio, alberga a más de 57 mil habitantes. Fue el más afectado de los 20 municipios que registraron daños en Morelos. Aquí hay más de 2 mil 600 viviendas y edificios dañados.
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