Seguirá ocurriendo porque no es un problema con las personas sino una falla del contexto. Las personas que nos dedicamos al periodismo continuaremos siendo censuradas injustamente porque el gobierno puede. Este gobierno, los anteriores, o cualquier otro por venir.
Mientras el dinero de los contribuyentes sea utilizado para limitar la independencia editorial de los medios, es el oficio del periodismo el que está en riesgo y, junto con él, las empresas que se dedican a informar.
¿Qué hacemos? 1) Forcemos al presidente Enrique Peña Nieto para que cumpla con la promesa que hizo en julio de 2012 de regular la publicidad oficial. 2) Obliguemos a Enrique Ochoa, Ricardo Anaya y demás líderes de partido para que renuncien a este mecanismo arbitrario de control sobre el derecho a la información. 3) Hagamos que todos ellos limiten el exagerado gasto que año con año hace el Estado en este rubro.
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