Privar a una persona del acceso a uno de estos recursos como consecuencia del contenido de la expresio?n, por ejemplo, por ser cri?tica del gobierno, atenta contra la libertad de expresio?n de dos maneras: en primer lugar, viola el derecho a expresarse del que se manifiesta, dado que no accede a esos recursos (en el caso citado a los micrófonos) sobre la base de un criterio injustificado y como consecuencia de haber sido discriminado por el contenido de sus ideas; en segundo lugar, afecta negativamente el derecho a la informacio?n del resto de las personas que se vera?n privadas de conocer la ma?s amplia diversidad de ideas, datos y perspectivas por el silencio de aquellos que no han podido acceder a los recursos necesarios o que han callado para no perderlos.
Los dueños de los principales medios de comunicación en México tienen una vena antidemocrática muy arraigada. Y la tienen porque su compromiso con la información veraz y oportuna, así como con los estándares más altos de periodismo dependen de la cercanía con el poder que les reditúe en ganancias financieras. Están más preocupados por obtener contratos comerciales de publicidad oficial, que vivir de su reputación y credibilidad y gracias a su audiencia.
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