Para medio día una gran ola de solidaridad humana inundaba las calles y rutas de acceso al pueblo. Cuando los automóviles cargados de ayuda quedaron varados en la Calzada México Xochimilco algunos lugareños ofrecían sus casas para guardar los carros y los entusiastas brigadistas comenzaban su recorrido a pie cargados con los víveres, las herramientas, medicinas: “llegaremos, aunque caminemos dos horas”, declaró un ciudadano organizado de la colonia San Pedro de los Pinos; otros llegaban en motos, en bicicletas y cientos de jóvenes entraban organizados en camiones de redilas.
Caos, espontaneidad, organización, iniciativa, una gran masa de gente ansiosa por ayudar, por no quedarse en su casa indiferente y apática, ni por dejar en manos de instituciones en las que no confían, ni creen la vida de los que ahora están sufriendo y llegar a San Gregorio era mostrar esa solidaridad. Sumarse a una cadena humana para acarrear acopio, para cargar escombro, para limpiar el pueblo. Una brigada médica funcionando en una esquina, una brigada de psicólogos en otra, la de atención veterinaria más allá.
*Con información de Somos El Medio