Y justo esta semana, Tomás Zerón de Lucio, secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional y ex director de la Agencia de Investigación Criminal, apareció para reivindicar la «verdad histórica». Lo ha hecho durante las dos últimas visitas del Mecanismo de Seguimiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para el caso Ayotzinapa.
El mismo Zerón de Lucio es quien aparece en los contratos del malware Pegasus, con el que se espió a defensores de derechos humanos y a periodistas, precisamente varios de quienes realizaron el reportaje de La Casa Blanca de Peña Nieto.
¿Por qué tanto cobijo?
¿Qué le debe el Ejecutivo federal a su subalterno?
¿Le augura Zerón a su jefe un futuro sin turbulencias?
Porque en el presente, flaco favor le hace al salir a defender la desacreditada «verdad histórica» en horas donde Peña es la estrella de los spots.
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