Diariamente se dan a conocer tremendos relatos acerca de restos encontrados en fosas comunes, de personas que le reclaman al Estado la búsqueda y localización de familiares, de esfuerzos individuales de identificación. Tales hechos, lejos de mitigarse o siquiera estabilizarse, siguen creciendo. El mal actual es muy grande. La frustración crece. Los cuestionamientos a las capacidades de las autoridades aumentan. El futuro es inconmensurable. Los lastimados de hoy se harán presentes de muy diversas maneras en los próximos años. De ellos surgirán asociaciones reivindicativas. organizaciones de hombres y mujere
Por duro que sea, tenemos que saber con quién contar como tal, quién lo va a hacer, cómo lo va hacer, a quién se le va a hacer responsable por esos hechos y cómo será sancionado. Si como sociedad no logramos satisfacer estas condiciones, mantendremos abiertas las angustias y los dolores de muchos y las impunidades de otros. No habrá, entonces, posibilidad alguna de sanaciones individuales ni colectivas y nuestro futuro quedará todavía más comprometido.
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