Dentro del comunicado leído por Diego Luna se avanza el punto inicial en la agenda de #VamosPorMás: «En primer lugar, y en eso coincidimos con lo propuesto por el colectivo por una #FiscalíaQueSirva, (catalizaremos) una discusión a fondo y una reforma constitucional y legal que resulte en una Fiscalía General no solo autónoma, sino independiente, eficaz, con los controles democráticos adecuados».
La transición de la PGR a la Fiscalía General de la República es el tema más importante que tiene México en los meses y años por venir. El titular de la Fiscalía será la cabeza de una cuarta rama del Estado, con el mayor poder que puede tener una autoridad: la facultad de perseguir penalmente a sus conciudadanos. Si alguna vez México logra cerrar el capítulo vigente de violencia e impunidad, esto dependerá en gran medida de la capacidad para forjar 33 meritocracias en los ministerios públicos de las entidades y el nivel federal. ¿Qué país tendríamos si ser ministerio público fuera una de las mejores opciones profesionales para los jóvenes recién egresados de las facultades de Derecho? ¿Cómo cambiarían los niveles de impunidad si ser ministerio público garantizara un ingreso suficiente para ser parte de la clase media y, además, el cargo otorgara el prestigio público y el respeto de sus conciudadanos?
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